Internacionales
Argentina
El significado de las luchas obreras
por Gabriel Solano
Uno de los datos políticos más importantes de las últimas semanas es el protagonismo alcanzado por varias luchas de la clase obrera. La ocupación de la planta Emfer y la valiente resistencia ofrecida por el colectivo obrero a la represión policial, el gran piquete seguido de paro en la dura lucha de Cables Lear, la huelga de semanas en Weatherford de Río Tercero en Córdoba y el paro bancario nacional contra el impuesto al salario, así como los despidos en la provincia de Tucumán son expresiones de lucha que, tomadas de conjunto, muestran que los trabajadores están buscando establecer una línea de resistencia contra los despidos y las suspensiones impuestos por las grandes patronales.
De este modo, la clase obrera va emergiendo en el cuadro de la crisis como el único sector social que ofrece una salida en función de los intereses populares. En esa medida, se va también delineando un programa de intervención. Los obreros de Emfer plantean la expropiación de la fábrica para evitar el vaciamiento de uno de los principales talleres de material rodante del país. En Lear y en otras luchas se presenta la cuestión vital del reparto de las horas de trabajo a fin de evitar despidos y suspensiones, la apertura de los libros de las empresas, las que ganaron fortunas en esta década y pretenden despedir ante una caída transitoria de las ventas, como así también la defensa del patrimonio industrial, en momentos en que la empresa pretende importar y sustituir la producción local, apuntando también a quebrar la resistencia de los trabajadores.
El paro nacional bancario reclama la reincorporación de 36 despedidos en la Caja de Tucumán y nuevamente el reclamo de la abolición del impuesto al salario, al que el gobierno ha resuelto mantener sin modificación luego de las paritarias, lo que lleva, indefectiblemente, a que parte del aumento logrado sea confiscado por el Estado. Si los porcentajes de las paritarias ya están varios puntos por debajo de una inflación que se estima en el orden del 40 por ciento, el congelamiento del mínimo no imponible y de las escalas sobre las que se tributa “ganancias” hace que la desvalorización del salario sea aún mayor.
El gobierno y los buitres
El gobierno asiste a este nuevo ciclo de luchas sin más respuestas que la represión policial. Tratándose de un gobierno que había utilizado la demagogia de los “derechos humanos” para cooptar a una parte del progresismo, esta política represiva no es sólo un cambio de relato, sino, sobre todo, una confesión de gran debilidad.
A diferencia de lo ocurrido en 2009, el kirchnerismo ya no es capaz siquiera de apelar a los Repro, por los que el gobierno asumía el pago de una parte del salario que correspondía a la patronal, ni al esquema de créditos de la Anses a los grupos capitalistas, como ocurrió con General Motors. La bancarrota económica y la crisis financiera le han quitado al gobierno margen de maniobra. Exhaustas como están, las cajas del Banco Central y de la Anses son las únicas fuentes de financiamiento con las que cuenta el gobierno para hacer frente a los crecientes subsidios a las empresas privatizadas y al pago de los vencimientos de la deuda pública. En abril (último dato dado a conocer por el gobierno), los pagos de intereses y capitales de deuda equivalieron a la transferencia de la Anses al Tesoro. Como nunca antes, queda claro que son los jubilados y los trabajadores quienes pagan la deuda.
Las negociaciones entabladas con los buitres agravan esta situación de dependencia del gobierno al gran capital. La Argentina se encuentra atrapada ante dos opciones de carácter explosivo: si no cumple con el fallo, entra en defol; y si lo hace, se arriesga a una serie de procesos judiciales y agrega una hipoteca que la empujaría al defol. Por lo pronto, el cumplimiento del fallo y el arreglo, a partir de un pago de títulos del Estado, con los buitres que no entraron en el canje implicaría un aumento de la deuda externa de 15.000 millones de dólares, lo cual pone en cuestión cuál es la capacidad de pago que tendrá la Argentina para afrontar un incremento del stock de deuda en momentos en que las reservas de libre disponibilidad no superan los 14 mil millones de dólares. La pretensión, por otra parte, de que un arreglo con Griesa y los buitres produzca un ingreso de capitales que abriría nuevas fuentes de financiamiento es totalmente infundada si previamente no se lleva adelante el programa que reclama el conjunto de la clase capitalista. Esto es el levantamiento del cepo cambiario, la devaluación de la moneda y un tarifazo en regla.
Un programa de este tipo equivale a la segunda fase del Rodrigazo que Kicillof comenzó con la devaluación de enero. El resultado de un nuevo endeudamiento masivo conduce a una confiscación de los ingresos y de las condiciones de vida de los trabajadores. En esa línea ya están el gobierno y la clase capitalista en su conjunto, los que se valen de la recesión económica como un instrumento adicional para derrotar la resistencia de los trabajadores.
Vamos por el triunfo de las luchas
El empantanamiento del gobierno ha llevado al impasse de la burocracia sindical de todo pelaje. No sólo los burócratas de la CGT-Balcarce hacen la plancha; la amenaza de Moyano de un nuevo paro nunca se concreta. Sin recursos para ofrecer ni propuestas de contención a la vista, la burocracia se ha puesto en la vereda de enfrente de cada lucha que emprenden los trabajadores. El propio Pignanelli, del Smata, declaró que si la crisis no se solucionaba para la mitad del año, el segundo semestre iba a ser peor, porque las suspensiones se transformarían en despidos. Es lo que está ocurriendo en Lear y lo que ocurrió en Gestamp.
La tarea del momento es movilizarse por el triunfo de las luchas obreras, explicando al conjunto de los trabajadores lo que está en juego. Esto debe ir de la mano de una campaña nacional por la prohibición de despidos y suspensiones, el reparto de las horas de trabajo, la eliminación del impuesto al salario y un paro activo nacional de 36 horas en apoyo a las luchas y a estas reivindicaciones absolutamente vitales.
Extraídp de Prensa Obrera 1322
Brasil en estado de deliberación
Hasta Romario (ayer goleador de otra Copa, hoy diputado) dijo en público que la Copa es un escándalo sin precedentes. El rechazo popular se combina con una oleada de huelgas obreras.
Por Osvaldo Coggiola
Para el 12 de junio, día de apertura de la Copa, está prevista una movilización monstruo en San Pablo, sede de la inauguración. En Brasil hay más expectativa por el tamaño de las movilizaciones que por el desempeño de la selección. No se trata sólo de una continuidad de las movilizaciones de junio pasado. Brasil vive la ola de huelgas más grande desde finales de la década del ’70 e inicio de los ’80. Los movimientos populares, en especial el movimiento por la casa (MTST, los “sin techo”), tienen un desarrollo cualitativamente superior al de un año atrás. El MTST realizó, el 8 de mayo, manifestaciones con bloqueo de avenidas y rutas, con decenas de miles de participantes, en ocho estados simultáneamente.
Las huelgas largas tienen su centro en el sector público, sometido a un “arrocho” (congelamiento salarial) sin precedentes, en un cuadro de inflación muy superior a los números oficiales. Los más diversos sectores de empleados estatales federales se encuentran en huelga, con sistemáticas manifestaciones callejeras; lo mismo que profesores estaduales y municipales en varios estados. Los noticieros tienen que dividir la pantalla de la TV en tres partes para registrar todo lo que anda pasando. La policía reprime con todo, pero las movilizaciones crecen. Las tres universidades estatales paulistas (USP, Unesp, Unicamp), las más importantes del país, acaban de decretar (21 de mayo) una huelga conjunta de los tres sectores (profesores, no docentes y estudiantes) por tiempo indeterminado. Hay piquetes por todas partes.
En el plano económico se acumulan los stocks de bienes durables. El crédito al consumo, gran arma de la “estabilidad social” de los últimos diez años, ha llegado a su límite. El mercado externo, gran motor del “crecimiento” brasileño en la última década, también se achica. El presidente de China, cliente número uno, vino a Brasil a pedir rebaja de precios en los productos primarios -80% de las exportaciones brasileñas- y a anunciar aumentos de las tasas de importación a los productos manufacturados.
El Estado necesita producir un superávit primario de 99 mil millones de reales (45 mil millones de dólares, aproximadamente) para pagar los intereses de la deuda pública. Para eso aplica leña al salario, la salud, la educación y a todo el servicio público, ya decrépito. La Copa, sin embargo, cuesta, hasta donde se sabe, más de 28 mil millones de reales. Ya murieron nueve obreros en la obras sobrefacturadas y realizadas a todo vapor. Hasta los comentaristas sensacionalistas de TV (una especialidad brasileña), siempre reaccionarios y chupamedias de la policía, están puteando a la cana que reprime las manifestaciones.
Las huelgas impresionantes de choferes y cobradores de ómnibus en Río y San Pablo, provocaron el mayor embotellamiento de la historia en la capital paulista, con casi 400 kilómetros de calles y avenidas paradas (800 según las estimaciones de los helicópteros). Las patronales ya habían acordado un reajuste de 10% (inflación + 3%), que la burocracia sindical (pelegos) hizo aprobar en seudo-asambleas. La base de Río, sin embargo, exigió un 40% y paró por completo, una acción en la que la central alternativa, Conlutas, jugó un papel importante. Dos días después, esto se repitió en San Pablo, aunque aquí sin Conlutas, la huelga se extendió a la periferia (Osasco, ABCD, etc.), con asambleas de base, piquetes volantes y leña a los carneros.
Quince mil petroleros de Cubatão, en la bajada santista, también cruzaron los brazos. En varios gremios, la patronal anticipó reajustes bastante encima de la inflación oficial. Las protestas contra el Mundial unifican políticamente todos los movimientos. La discusión es cómo darle una expresión política independiente a todo esto. La izquierda está dividida (PSOL, PSTU y otro par de siglas fantasma) y con fuertes luchas faccionales (el PSOL bochó al candidato que la base había votado para el gobierno de San Pablo). El país está en estado de deliberación. Los que vengan al Mundial se van a encontrar con más atracciones que las que les promete el paquete turístico que compraron.
Extraído de Prensa Obrera 1316
Salta (Argentina)
Victoria de una huelga histórica
Por Claudio del Plá
Más de un millar de docentes salteños acaban suspender la huelga por tiempo indeterminado que habían comenzado el 1º de abril. Fueron 36 días de una medida de fuerza que puso en pie la asamblea provincial de los Docentes Unidos e hizo saltar por el aire la intergremial de la burocracia (ADP, ATE, Sadop, Amet y UPCN) que garantizó hasta ahora la regimentación de toda expresión de lucha de los trabajadores y pautó salarios a la baja, año tras año. La principal conquista de esta lucha está en que se obligó al gobierno a reconocer a la Asamblea Provincial como la verdadera organización gremial de la docencia y a aceptar una agenda de negociaciones exclusivas con sus delegados.
Se ha quebrado la pata sindical del régimen de Urtubey y se abre una nueva etapa.
En materia salarial, el gobierno -que había arrancado con una pauta del 25%- tuvo que sacar un decreto en el curso de la huelga para elevar ese porcentaje al 30%. Frente al rechazo al decretazo tuvo que aceptar reunirse con los delegados de la asamblea (23 días después de iniciado el paro) y allí formularon dos propuestas que agregaron aumentos en los adicionales por zona, un 5% al básico y un inicial de 5.000 pesos contra la oferta anterior de 4.400. Con la modificación de algunos adicionales en negro, el aumento estará entre 33 y 36% al sueldo de bolsillo.
Es decir que los resultados superan el aumento promedio obtenido en provincia de Buenos Aires luego de sus 17 días de huelga, pero aún están debajo de la inflación pronosticada para este año.
En cuanto a las reivindicaciones que no se han podido alcanzar, la huelga ha instalado en la agenda pública cuestiones centrales como el pago del aguinaldo conforme al salario de bolsillo (hoy se cobra un cuarto de aguinaldo cada seis meses porque se lo liquida sobre los montos en blanco). También la reducción de la carga horaria para los profesores, que en Salta trabajan el doble de la media nacional.
En la misma línea, está la demanda de la derogación de la antihuelgas ley 6.821, una reivindicación de todos los empleados públicos que llevó a la docencia a sitiar la Legislatura en el día de ayer.
La asamblea sólo suspendió las medidas y ha ratificado el pliego de reivindicaciones pendientes, cuyo eje es el básico de 5.500 pesos, de modo de alcanzar la canasta familiar para el cargo testigo.
Se abre una nueva etapa para la docencia. Es necesario fortalecer la asamblea en todos los pueblos, extender la elección de delegados de escuela, desarrollar masivamente la agrupación clasista Tribuna Docente, cuyos militantes han jugado un gran papel, defendiendo la autonomía de la asamblea y liderando en muchos pueblos su organización.
Primero de Mayo: una asamblea a cielo abierto
Por Gabriel Solano
El acto convocado por el Frente de Izquierda y sectores combativos del movimiento obrero en la Plaza de Mayo fue el eje central de la jornada del 1° de Mayo. La izquierda que lucha por el socialismo y el gobierno de los trabajadores volvió a asumir la responsabilidad de levantar una tribuna en el centro del poder político. Cuarenta años después del retiro de la Juventud Peronista de la Plaza de Mayo, al grito de “qué pasa General, está lleno de gorilas el gobierno popular”, el kirchnerismo, el camporismo, el peronismo y la burocracia sindical volvieron a dar el ausente. No se repusieron luego de cuatro décadas, ni tienen la menor intención de convertirse en paladines del trabajo en épocas de trabajo precario, hundimiento previsional y ajuste. En este cuadro, el acto fue la expresión política única y propia de la clase obrera que lucha. El menguadísimo acto de la CTA-CCC (FAP-Unen)-MST fue la expresión de un ocaso que nunca tuvo alborada. La cantidad de asistentes superó holgadamente a la de años anteriores. Nuestro partido, que luchó por desarrollar el contenido histórico del acto, aportó las dos terceras partes de la concurrencia, con fuertes contingentes del movimiento obrero y de la juventud.
Ramón Cortés, condenado a cadena perpetua por participar de la lucha de los petroleros de Las Heras, abrió el acto con sus denuncias sobre la situación represiva que recorre el norte petrolero de Santa Cruz. La izquierda es el único polo político que defiende a los luchadores contra la represión del Estado y de los monopolios petroleros.
Sindicalismo y política
Una larga lista de oradores expresó diferentes posiciones políticas y caracterizaciones, e incluso matices dentro de los oradores de un mismo partido. El acto fue una gran asamblea. Los oradores del llamado Encuentro de Atlanta se empeñaron en separar la lucha sindical de la lucha política de la izquierda, en especial los que integran el Frente de Izquierda. Parecían hacer un esfuerzo por confirmar nuestra caracterización de que el Encuentro ha sido concebido para condicionar el Frente de Izquierda a otras políticas y otras estrategias. No está en discusión que el trabajo en los sindicatos significa la unión reivindicativa de la clase con independencia de las ideas políticas e incluso religiosas. Otra cosa es que los activistas y los luchadores renuncien a exponer abiertamente sus objetivos políticos, en especial cuando en los sindicatos opera una burocracia sindical ligada al Estado y a los partidos patronales.
Los oradores más representativos del Encuentro desaprovecharon el 1° de Mayo, el día más indicado para hacerlo, para explicar a los trabajadores porqué la lucha cotidiana debe articular con la lucha política y el gobierno de los trabajadores. Al lado de una defensa del sindicalismo vacío de contenido político, o sea de lucha de clases y socialismo, definieron al Frente de Izquierda como “electoral”, o sea que lo encasillaron en el parlamentarismo. Después de décadas de una experiencia obrera internacional riquísima, no se ha entendido que el movimiento obrero conciente no es sindicalero ni parlamentarista, sino que supera a ambos con una estrategia política socialista. Lo más significativo de esta metafísica que considera a la lucha de clases en compartimientos estancos es que tiene lugar en medio de una visible transición histórica, cuando de un lado se desarrolla un polo político de izquierda, que requiere de un enorme cuidado y apoyo, y del otro se desbarrancan las fuerzas políticas que ataron tradicionalmente al movimiento obrero a la clase capitalista. Como el acto tuvo lugar después que Moyano y Barrionuevo anunciaran que desandaban el camino abierto por la huelga del 10 de abril, la Plaza de Mayo se ahorró las intervenciones que, en circunstancias diferentes, habrían expresado el apoyo -“crítico”, claro-, a la burocracia sindical que se encuentra ‘sometida’ a la “presión obrera”. Nunca como ahora, sin embargo, esa burocracia es tan conciente de que su primera obligación es defender al Estado capitalista contra los trabajadores.
La intervención de Romina del Plá reflejó la experiencia política de lucha tal cual es. Ligó la huelga del 10 a la huelga docente bonaerense y aseguró que la crisis desarrolla una tendencia a la huelga general. Observó, asimismo, que la huelga de la docencia de Salta, que ya supera el mes, estaba potenciada, frente al gobierno y las patronales, por el desarrollo del PO en Salta. La profundidad de la huelga, en términos de organización, planteos y movilización, viene acompañada de una maduración política. Este es el salto histórico que produce la fusión del movimiento obrero y la izquierda revolucionaria.
Transición política
y propaganda socialista
El compañero Víctor Grosi, del Sitraic, no sólo dio cuenta de su lucha contra la burocracia de Gerardo Martínez. También subrayó un pasaje del peronismo a la izquierda en todo un sector del movimiento obrero. Lo mismo había planteado Raquel Blas, la principal dirigente sindical de Mendoza, esa misma mañana, cuando reivindicó el 17 de octubre y llamó a integrarse al Frente de Izquierda. La intervención de Alejandro Crespo, del Sutna, apuntó en la misma dirección.
La compañera Lorena Gentile, en cambio, tomó otro ángulo. La delegada de Kraft y dirigente del PTS señaló que el pasaje de los obreros del peronismo a la izquierda tiene lugar cotidianamente cuando se incorporan a un partido de izquierda. Fue otro aporte a la caracterización de la transición histórica por la cual estamos atravesando. El lado defectuoso del planteo es, sin embargo, la pretensión de querer quitarle alcance histórico a esa transición y evitar su proyección estratégica. También Nicolás del Caño admitió en su discurso la degradación del peronismo (incluso citó a Altamira), pero siempre sin sacar las conclusiones que importan.
Aunque nadie habló en la plaza del remanido partido de los trabajadores (lo que demuestra el carácter vacilante y ocasional de este planteo), admitir una transición histórica significa que el desarrollo de un partido de masas de la clase obrera deberá partir de un programa político, y no podrá emerger como una representación parlamentaria de un movimiento sindical políticamente neutral. Por otro lado, aunque el reclutamiento partidario sea individual, un partido revolucionario no puede esconder ante la clase obrera el momento histórico que atraviesa; por el contrario, debe vocearlo abiertamente y provocar una intensa reflexión política. Hacer esto no es propagandismo, es propaganda socialista. La propaganda, la agitación y la organización forman una unidad de método. Se trata de hacer conciente lo inconciente y dar contenido programático, que no puede ser sino público, al reclutamiento cotidiano.
En un caso de piqueterismo re-tardío (el PTS combatió al movimiento piquetero de 2000 en adelante), los oradores del PTS presentaron el corte de la Panamericana del 10 de abril como la expresión más alta de la lucha de clases de Argentina. Si bien la caracterización es un despropósito, el objetivo que persigue es reducir la estrategia política a acciones aisladas y minoritarias. Curiosamente, nadie recogió el guante del planteo de Romina: la perspectiva de una huelga general (la forma más alta de acción directa) y la necesidad de desarrollar una campaña a favor de un congreso de bases. El piqueterismo tardío, combinado con la “unidad de acción transversal de la vanguardia”, que también se planteó en el acto, no es capaz de superar el petardismo.
Es casi seguro que estas posiciones, por un lado seguidistas y por el otro vanguardistas, traducen las dificultades para un progreso político en el movimiento obrero, incluso allí donde se han conquistado importantes posiciones sindicales. La salida pasa, indudablemente, por un trabajo político integral coordinado del Frente de Izquierda, junto a un método de debate programático.
Preparación sistemática
El “Chino” Heberling, del MAS, expresó con mayor claridad una posición que estaba contenida -pero sin desarrollo- en otros oradores. Afirmó que sin una radicalización de las luchas no podrá haber un ascenso de la izquierda; que este ascenso sería una suerte de subproducto de aquella. Los registros políticos de las elecciones, en este concepto, no deben ser tenidos en cuenta. La cuestión es, sin embargo, que solamente la izquierda revolucionaria puede jugar un rol en la preparación política de esa radicalización, que por otro lado está en desarrollo. El aporte a la lucha por parte de una minoría combatiente es siempre ínfimo; lo que importa de ella es el aporte político que ofrece a las grandes masas. En la plaza quedó de manifiesto, entonces, que algunas tendencias de izquierda no logran ver más allá de su círculo más cercano y que pretenden que el resto se ajuste a esa estrechez. La izquierda llegó sin una preparación adecuada al 19 y 20 de diciembre, luego del pasaje por Izquierda Unida y el MAS; por cierto que esto no volverá a ocurrir. La preparación política de la revolución socialista debe tener lugar a la luz del día, y abarcar cada una de las etapas de la lucha y del desenvolvimiento de la organización y la conciencia del proletariado, con un programa definido y consignas apropiadas.
Por la unidad
del movimiento obrero
y la izquierda
Altamira cerró el acto con la afirmación de que había un cambio de página en la historia del movimiento obrero. Tuvo que recordar que la lucha de clases sólo es tal cuando se transforma en lucha política. Los oradores de nuestro partido plantearon que el Frente de Izquierda convoque junto a organizaciones combativas de los trabajadores a un Congreso obrero y socialista, de cara a todas las clases sociales del país y a la clase obrera internacional.
El acto del 1° de Mayo fue una gran asamblea proletaria y socialista.
Extraído de Prensa Obrera 1313 (prensa.po.org.ar/po1313/2014/05/08/primero-de-mayo-una-asamblea-a-cielo-abierto/)
Ucrania, boiciot a las elecciones de la Otan
Por Jorge Altamira
Rusia y los gobiernos de la Otan se pusieron de acuerdo, en Ginebra, la semana pasada, en la necesidad de desarmar a las milicias que han surgido en el este de Ucrania y en que desocupen los edificios públicos que se encuentran tomados. Los motivó el afán por contener una crisis internacional mayor, pero por sobre todo el temor a que pudiera desarrollarse una situación revolucionaria. Ucrania es un volcán social a punto de estallar a lo largo de su territorio.
Rusia y los gobiernos de la Otan se pusieron de acuerdo, en Ginebra, la semana pasada, en la necesidad de desarmar a las milicias que han surgido en el este de Ucrania y en que desocupen los edificios públicos que se encuentran tomados. Los motivó el afán por contener una crisis internacional mayor, pero por sobre todo el temor a que pudiera desarrollarse una situación revolucionaria. Ucrania es un volcán social a punto de estallar a lo largo de su territorio.
La ‘pacificación’, sin embargo, no tuvo lugar. Los medios de comunicación atribuyen la responsabilidad del fracaso a Putin, que alimentaría la acción armada de los ‘pro-rusos’. La cosa no es tan sencilla. En realidad, el gobierno usurpador de Kiev, instalado por un golpe de Estado manejado fundamentalmente por Obama, sin elecciones, con el voto de la mayoría parlamentaria que había sostenido al gobierno derrocado; este gobierno lanzó una operación militar contra el este, bajo la dirección de funcionarios de la CIA y de la NSA. El gobierno usurpador pretende legitimar el golpe pro-Otan, el próximo 25 de mayo, y anexar a Ucrania a la Unión Europea y a la troika que forman la UE, el FMI y el Banco Central Europeo. Es una anexión en la línea estratégica que integró a Alemania del este y a la ex Yugoslavia al dispositivo económico y militar del imperialismo. Estados Unidos envía aviones y tropas al Báltico e incluso ha instalado bases militares ‘provisionales’. Los participantes de la Conferencia Europea convocada por la CRCI, han decidido impulsar el boicot a estas elecciones. La independencia de Ucrania del imperialismo y su unidad nacional solamente podrían ser aseguradas por una Asamblea Constituyente, o sea una deliberación democrática del pueblo de Ucrania, que sea convocada por sus organizaciones de trabajadores.
Rusia plantea, por su lado, una reforma de la Constitución, que dé una forma federal al Estado ucraniano, con el propósito de mantener una influencia decisiva en el espacio geográfico limítrofe. La Otan entregó Crimea, pero no quiere ir más allá (aunque es lo mismo que el PSOE propone para evitar una secesión de Cataluña del estado español). Los voceros de la rebelión en el este han convocado a un referendo para el 11 de mayo, con el propósito de imponer la autonomía política de sus regiones en forma unilateral.
El Estado, en Ucrania, es una ficción. El partido que gobernó los últimos años, el de las Regiones, se encuentra pulverizado. Las fuerzas tradicionales del oeste no reúnen intenciones suficientes de votos para ganar las elecciones del 25 próximo; un oligarca de la industria del chocolate encabeza las encuestas. Este desequilibrio político general, interno como internacional, no puede encontrar una salida por medio de operaciones diplomáticas.
A este escenario se añade una acentuación de los choques entre China y Estados Unidos por el control del espacio marítimo que China disputa con Japón, Filipinas y otros países. Obama ha advertido a China contra el intento de sobrepasar un cierto techo de tonelaje naval, lo cual ha traído el recuerdo de la misma amenaza de Gran Bretaña a Alemania, que desató la guerra del 14. Se está formando un tablero a tres bandas, si se agrega la reticencia de Alemania a alinearse, sin condiciones, con Estados Unidos contra Rusia. Entre estos dos países se desarrolla una fuerte disputa por el control de la zona euro y de la UE (Francia acaba de intervenir para evitar que el pulpo Alshtom sea adquirido por General Electric, y en cambio se asocie a Siemens). Un juego de sanciones económicas creciente amenaza con desestabilizar aún más la economía mundial. Rusia, por de pronto, está sufriendo una fuerte devaluación del rublo. Si las sanciones alcanzaran al pulpo Gazprom, lo que hasta ahora no ocurrió, la desestabilización económica se acentuaría tanto en Rusia como en la UE.
Es necesaria una campaña contra el copamiento de Ucrania por parte de la UE y de la Otan, por un lado, y contra las pretensiones de dominación del gobierno de oligarquías capitalistas de Putin, por el otro. Luchamos por conjugar las tendencias revolucionarias en el este y en el oeste.
Prensa Obrera 1312, 30 de Abril.
Discurso de Jorge Altamira* en el acto del 1º de Mayo
"El polo político del proletariado"
Compañeros, hoy a la mañana hubo un acto de 1º de Mayo en Mendoza, donde la dirigente Raquel Blas, que viene del peronismo, llamó a unirse con el Frente de Izquierda en Mendoza en una manifestación enorme. No estamos inventando la pólvora, estamos buscando traducir a la acción política lo que son las tendencias profundas del país y, por sobre todo, las tendencias profundas de los explotados. Y cuando hay semejante responsabilidad, hay que evitar dispersar, hay que concentrar la atención, porque, compañeros, toda lucha de clases es realmente tal cuando adquiere nivel político. Hasta que no adquiere nivel político, ninguna lucha de clases ha arribado realmente a su maduración. ¿Y por qué? Porque el capital se concentra en el poder político y hay que derribar ese poder político del capital y, para eso, los trabajadores debemos desarrollarnos y organizarnos con la capacidad de emprender esa lucha política. ¿Cómo que el Frente de Izquierda es un episodio electoral? ¡De ninguna manera! El Frente de Izquierda son las grandes alamedas de la nueva etapa histórica del movimiento obrero. Probablemente, nos falte; probablemente, estemos muy atrasados como frente, pero ése es el objetivo al cual no vamos a renunciar: convertir a este Frente y a la clase obrera que busca manifestarse en esta dura lucha de clases en el polo político del proletariado de la República Argentina.
Compañeros, yo señalaba de la lucha de Salta quién está de un lado y quién está del otro: la izquierda y el movimiento obrero de un lado, y el peronismo del otro. ¿Cómo se expresan las patronales? ¿Qué trabajador, que ha estado habituado a votar al peronismo, no se da cuenta de eso? ¿Cómo no se van a dar cuenta? Estamos despreciando la inteligencia histórica de nuestra clase. Al sacar el 15 por ciento de los votos en Mendoza o el 30 por ciento en la capital de Salta, tuvieron que venir enormes contingentes de trabajadores peronistas. Ellos tienen claro que hay que formar un nuevo polo político. Nosotros tenemos que ser consecuentes en mostrarles que ese polo político está, como dicen los brasileños, para “valer”, quién se hace cargo de intervenir en todas las luchas de clases, culturales, sociales, nacionales, que asumen integralmente esa responsabilidad.
Yo señalaba esta lucha de Mendoza, pero fíjense lo que está ocurriendo en Córdoba: en menos de lo que canta un gallo, los compañeros que ocupan el espacio del Frente de Izquierda en la Legislatura han forzado a la legislatura de De la Sota a una sesión especial, el miércoles, para tratar los despidos y las suspensiones en la industria automotriz. Estamos comunicándonos con los compañeros clasistas de General Motors, en San José de Ocampo, y de Volkswagen, en San Bernardo, los dos en Brasil. Y, probablemente, tengamos a los clasistas del Smata brasileño en Córdoba a partir del domingo y el lunes, en una lucha internacional común contra los despidos y las suspensiones en el movimiento obrero de nuestro país.
Y nos hemos armado con las iniciativas de nuestros luchadores en las fábricas automotrices y de la UOM, y de los representantes nuestros en este Frente de Izquierda. La convocatoria que hago en este cierre del acto es que marchemos a construir el polo político único de clase, que debe cambiar el signo histórico que hemos tenido hasta ahora y cuya encarnación ha empezado a ser el Frente de Izquierda. No nos podemos bajar de ese objetivo, porque esta generación verá nacer una clase obrera socialista, internacionalista, partidaria de la lucha de clases que realizará la unidad socialista de América Latina.
Por la victoria, por las luchas, por nuestro programa, gritemos todos: ¡viva el 1º de Mayo internacional de la clase obrera! ¡Viva el 1º de Mayo!
*Jorge Altamira es dirigente nacional del Partido Obrero de Argentina.
Extraído de Prensa Obrera 1313