Aratirí y el Puerto de Aguas Profundas ¿Kaput?. Por Rafael Fernández
Por Rafael Fernández
Según las últimas versiones de prensa, Zamin Ferrous está gestionando la instalación de una terminal portuaria propia en la zona de La Angostura, queriendo desvincular el proyecto Aratirí del llamado “Puerto de Aguas Profundas” previsto en la zona de El Palenque.
La información de prensa maneja que de esta manera la empresa se ahorraría unos 300 millones de dólares, cifra que no tiene asidero. Más verosímil es que “la empresa entiende que si espera por la construcción del PAP, su proyecto se postergaría demasiado” dado que “la rentabilidad del proyecto es muy ajustada y muy sensible a la evolución de la cotización del hierro”. El precio del hierro ha caído más de un 30% en el último año. Ha llegado ya a una cotización que hace casi inviable el negocio de Zamin Ferrous.
Para obtener las habilitaciones de la DINAMA, la empresa tiene que presentar un nuevo estudio de impacto ambiental, cambiando la trayectoria del mineroducto hacia el puerto en El Palenque, dado que el estudio previo lo preveía en La Angostura. La empresa no quiere perder tiempo, ni mucho menos dinero. El gobierno está negociando en secreto. Todos los días se leen declaraciones de jerarcas –algunos rechazando los planteos de Zamin, y otros manifestándose “comprensivos” con las necesidades de la empresa.
Si se separa Aratirí del Puerto de Aguas Profundas, se cae también este último. En un contexto de creciente recesión económica, no existen perspectivas de cargas suficientes para esa terminal marítima. En pleno período electoral, al gobierno se le está cayendo la megaminería y el P.A.P. al mismo tiempo.
La minería metalífera a cielo abierto generó una importante oposición a nivel popular, además de una división en las propias clases dominantes (no olvidemos que la Federación Rural se opone, y la propia Asociación Rural ha manifestado algunas objeciones sobre todo de oportunidad). A la división por arriba se sumó una movilización por abajo, combinada con la recolección de firmas promoviendo un plebiscito contra esta mega-estafa. Todas estas contradicciones, y la propia crisis capitalista que se expresa en la caída del precio del hierro, están explicando las dificultades del gobierno para firmar el contrato, que había previsto tener empaquetado con moñita para el mes de febrero.
Pero no hay que confiarse, porque Zamin seguramente apura al gobierno a la espera de poder hacer algún negocio con las autorizaciones otorgadas por el gobierno, tanto para la explotación minera como para la terminal en la costa rochense. Es necesario redoblar la campaña de recolección de firmas, para clavarle definitivamente la estaca a este proyecto vampiresco.
La caída del precio del hierro, como consecuencia del exceso de stock que existe en el mercado chino, es una expresión de la crisis capitalista. Se está por pinchar otra burbuja especulativa, esta vez en el lejano Oriente. Se viene una nueva etapa en la crisis mundial, que ya sufrimos los trabajadores por estas tierras, con cada vez más envíos al seguro de paro, reestructuras patronales, y un ajustazo que preparan los principales candidatos para aplicar cuando pasen las elecciones.
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