La elección del rector en la UDELAR

29.07.2014 14:44

A continuación reproducimos íntegramente la declaración de la Agrupación de estudiantes 1º de Mayo de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay sobre la elección del Rector en la Universidad de la República. 

 

 



El actual modelo Universitario

El debate actual sobre elección de Rector esta planteado como un debate solamente universitario. Sin embargo, consideramos que no se pueden discutir los problemas de la Universidad sin discutir los problemas nacionales de conjunto, porque ellos son problemas sociales y políticos que se encuentran íntimamente relacionados con la política económica, social y educativa del gobierno nacional.

La política del gobierno del Frente Amplio en materia educativa (en connivencia con la oposición, en los 'acuerdos sobre educación') ha sido avanzar en la agenda de la mercantilización y privatización. A grandes rasgos se han seguido las líneas del Banco Mundial y la OMC de desmantelar la educación pública y ponerla al servicio de las necesidades de la empresas capitalistas. El desfinanciamiento presupuestal, los bajos salarios docentes, la evaluación externa con criterios de “calidad” de los organismos internacionales, el PROMEJORA y el programa de 'fortalecimiento de la autonomía de los centros educativos' son algunos ejemplos de esta política.
De forma más o menos coincidente con la década de gobierno del FA, se ha desarrollado en nuestra Universidad la llamada “Segunda Reforma Universitaria” (SRU), que ha impulsado los convenios con empresas privadas, las fundaciones truchas que funcionan como tercerizadas de las Facultades, la desvalorización de las carreras de grado bajo la modalidad de recorte de contenidos para pasarlos a posgrados (en muchos casos pagos), las pasantías obligatorias (muchas veces sin vinculación con la real formación del estudiante, que se transforman en mano de obra barata), la lógica de créditos (de cuantificar el conocimiento en horas de trabajo) y la desarticulación de las carreras.
Entre los ejes fundamentales de la Reforma se encuentra la política actual de descentralización, que no se traduce en la extensión de las diferentes licenciaturas al interior del país, sino que consiste en poner la estructura de la UdelaR en el interior al servicio de las necesidades e intereses de las empresas instaladas en cada departamento. Una parte sustancial de la Reforma esta plasmada en la ordenanza de grado, en el marco de la cual se modificaron y creditizaron todas las licenciaturas.
La creación por parte del gobierno de la APACET, una agencia de evaluación y creditización externa a la Universidad que tiene como fin de evaluar la “calidad” de las facultades y licenciaturas con parámetros mercantilistas responde al mismo proceso.
Todo éste proyecto de Universidad se corresponde de forma más o menos directa con el proyecto de país impulsado desde el gobierno: las zonas francas y la quita de impuestos al gran capital, el pago a rajatabla de la deuda externa, la participación público privada,la implantación de la mega-minería a cielo abierto,la extranjerización de la tierra, el monocultivo la privatización de las empresas públicas, la Reforma del Estado y el salario mínimo más bajo de la región. Éste es el país productivo al que responde la “Segunda Reforma Universitaria” y al que se viene adaptando nuestra Universidad.

Los candidatos y sus programas

Álvaro Rico Decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación se presenta como la continuación de este proceso, remontándose incluso a los rectorados de Brovetto y Guarga (no sólo a los de Arocena) y como el abanderado de la SRU. En su campaña habla de una 'Universidad inclusiva', que garantice el ingreso y el egreso a todos los estudiantes durante toda la vida, pero durante su Decanato en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, se ha negado a duplicar los cursos e implementar un turno nocturno para los estudiantes que trabajan, manteniendo la estructura elitista y contraria a la democratización de la Facultad. Por otro lado, mientras defiende la “flexibilización” y la “movilidad horizontal” que permiten los nuevos planes de estudio, su respuesta “inclusiva” a la llegada de estudiantes de otras facultades (que pretendían cursar las materias electivas tal como establecen los nuevos planes de estudios creditizados) fue poner cupos a varias asignaturas, limitando de este modo el ingreso.
Este tipo de políticas limitacionistas; cupos, falta de horarios, turnos, desestructuración de las carreras, expulsan o complican constantemente a los trabajadores que estudian en la UdelaR, y muestran la otra cara de la ordenanza de grado; de la “flexibilización curricular” y la creditizacion.
También se ha pronunciado a favor de la privatización de los comedores universitarios y ha atacado a los funcionarios por realizar paros ‘sorpresivos’, lo que no es de extrañar cuando en la FHUCE mantiene una cantina privada.

Por su parte Markarian, si bien se muestra crítico a algunos aspectos de la Reforma, fundamentalmente hace referencia a la rebaja de los contenidos y de la calidad académica, no constituye una oposición progresista respecto de Rico.
Bajo un slogan que plantea una 'Universidad de calidad', Markarian esboza una concepción elitista de la Universidad en relación al acceso y la permanencia de los estudiantes. Para este candidato la Universidad debe constituirse en un reducto de la alta formación y dedicación académica. Plantea que la masificación (es decir, el acceso a la Universidad de estudiantes que antes no podían acceder) constituye un problema que vincula a la rebaja de la calidad de los contenidos universitarios, ‘La Universidad no puede ser para todos’ afirmó en un panel en la Facultad de Odontología. Por este motivo uno de los ejes fundamentales de su campaña es el fortalecimiento del sistema terciario, con el discurso de que “la Universidad no tiene que hacer todo”, apoya e impulsa la creación de nuevas instituciones terciarias (e incluso universitarias), y el fortalecimiento de la UTEC con la creación de carreras técnicas.
La perspectiva que defiende Markarian es la de una Universidad centrada fundamentalmente en la investigación y la formación especializada de alta dedicación, por eso uno de sus planteos centrales es el aumento de más docentes con dedicación total para lograr la excelencia, y es en este sentido que plantea el aumento de los salarios docentes 'para que sean competitivos con los salarios del ámbito privado'. La calidad de la Universidad estaría garantizada en el modelo de Markarian por docentes especializados y estudiantes sólidamente formados que se dediquen de forma integral al estudio, en un planteo que parece pretender la realidad de las Facultades elitistas anteriores a la Reforma de Córdoba pero en el Siglo XXI.
La crítica que realiza a la descentralización actual esta vinculada a esta misma concepción elitista, Markarian propone pasar muchas de estas carreras a la UTEC u otros institutos técnicos para los jóvenes que no tienen el 'nivel suficiente' para cursar y terminar una licenciatura, y que el presupuesto sea redistribuido a los servicios con mayores carencias. Es decir no cuestiona la orientación de la política descentralizadora sino la descentralización misma.
Si bien el candidato plantea algunos puntos positivos que apuntan al fomento de bienestar estudiantil, al aumento de becas y la solicitud de un rubro presupuestal que permita la eliminación de los cupos, son en el marco de la situación actual parches que no remedían las carencias devenidas de una determinada orientación social.
Markarian también realiza un ataque a la orientación y el desarrollo de la Comisión Sectorial de Enseñanza y Actividades en el Medio, el sector de la Universidad que mayormente ha impulsado una línea de trabajo de vinculación con los sectores populares y los trabajadores, pero que no constituye una orientación dominante en la Universidad y se lleva una parte ínfima del presupuesto. Rico por su parte plantea la continuidad y profundización de las políticas actuales y esto incluye la perspectiva de un extensionismo industrial.

En resumen el programa de Markarian plantea a la Universidad como una usina formadora de profesionales especializados en pos del desarrollo capitalista del país. Es decir no plantea a grandes rasgos una transformación progresiva respecto de la orientación actual.

De conjunto ambos candidatos defienden la articulación de la Universidad con el mundo del trabajo. El problema es que dentro del “mundo del trabajo” están las empresas privadas, fundaciones, organismos del Estado, y la “articulación” trae implícita la adaptación a los intereses y necesidades del capital. Durante su decanato en la FHUCE, Álvaro Rico fue un defensor de los convenios público-privados, manteniendo los que se implementaban y promoviendo nuevos. Markarian, por su parte, va incluso más a fondo cuando habla de “reflotar el Consejo Social Consultivo que se creó en el período de Guarga” y que sentaba a los empresarios a discutir la política universitaria.

Somos contrarios al argumento de que la Universidad debe unirse al mundo del trabajo y estar al servicio del país productivo, argumento que se utiliza para justificar éste proceso que pone a la Universidad a los pies del gran capital. La realidad nos demuestra a los jóvenes que el Estado nos niega tanto el derecho a la educación como el derecho al trabajo (en el mejor de los casos podemos acceder a ser “diezmilpesistas”, condición a la que deben adaptarse gran parte de los estudiantes universitarios). Mientras se mantenga el salario mínimo más bajo de la región y se condene a los jóvenes a ser la mano de obra más barata, el mundo del trabajo estará regido por la flexibilización y la precarización laboral, por lo tanto la Universidad debe ponerse al servicio de la transformación de ésta realidad y no adaptarse a ella.

Ambos candidatos representan distintas variantes de una orientación social ajena a los intereses del estudiantado y a los trabajadores. Los matices y énfasis entre ellos (que los tienen) no pueden ni deben ocultar el trasfondo social y político de cada una de las propuestas: a pesar de sus diferencias, ambos están comprometidos con el mismo modelo de país y su agenda es la agenda de los capitalistas y el gobierno.

Por una Universidad al servicio de los trabajadores

La elección del Rector, presenta la oportunidad para el movimiento estudiantil para denunciar el actual régimen universitario que coloca a la Udelar al servicio del gran capital y presentar un programa alternativo para la transformación social de la Universidad.
Se trata entonces de realizar una movilización independiente de todo el estudiantado para imprimirle a la Udelar una orientación social al servicio de los trabajadores.
Debemos luchar por la democratización de la Universidad y del gobierno universitario.
Frente a la política limitacionista que impone cupos y pruebas de ingreso, planteamos la necesidad de construcción de más edificios, la apertura de más cursos para que todos los estudiantes puedan cursar, la ampliación de la plantilla docente, la creación de diversos turnos, la extensión de becas, la implementación en el interior del país del conjunto de las carreras de la Udelar.
Frente a la miseria salarial de docentes y funcionarios, planteamos la necesidad de llevar al salario mínimo en la Universidad a la canasta familiar, y la presupuestación de todos los trabajadores de la Udelar. Rechazamos todos los planteos que apuntan a privatizar áreas de la Universidad, así como la de tercerizar servicios (cantinas, comedores, limpieza, etc).
Ante el actual cogobierno dirigido por camarillas profesorales, planteamos la necesidad de democratizar el gobierno universitario, por paridad de ordenes, y el ingreso pleno de funcionarios y trabajadores organizados a los ámbitos de decisión para que opinen y resuelvan sobre la orientación de la Universidad. A su vez rechazamos el criterio de que sólo puedan ser electos a Rector los docentes grado cinco, tomando de este modo las banderas democratizadoras de la Reforma de Córdoba y las experiencias de las Universidades Populares.
Planteamos la necesidad de orientar la investigación, la enseñanza y la extensión universitaria en función de aportar a resolver las necesidades y problemas de los trabajadores y el pueblo explotado. En este sentido, consideramos que la Universidad y la educación en su conjunto deben estar orientadas hacía la lucha por la transformación de la sociedad, con independencia política de los gobiernos capitalistas de turno.

Agrupación de Estudiantes 1º de Mayo- ASCEEP-FEUU.
23/7/2014