La precarización laboral de la juventud

06.06.2014 00:59

Juventud

Trabajo precario y salario 

En los recientes discursos de los truinfantes candidatos de la FA, el PN y el PC no hubo ni una sola mención a las condiciones de trabajo que viven miles de jóvenes uruguayos. Los programas de estos partidos tampoco abordan este problema fundamental. El siguiente artículo desenvuelve la situación de la juventud dentro de una comprensión de conjunto del capitalismo en Uruguay.

La precarización del trabajo en la juventud uruguaya ya es un dato de larga data, lo nuevo a mencionar es que dicha tendencia viene en ascenso. Mientras el gobierno en plena campaña electoral levanta banderas de reducción de la pobreza y marginalidad, no menciona que la desocupación ha llegado en este ultimo año al 6,6%. La juventud se encuentra en peores condiciones ya que es la franja etaria que está mayormente afectada en términos de desocupación: en los jóvenes menores de 25 años llega al 20% y más del 30% trabaja en negro o están subempleados.

Si le sumamos al aumento de desocupación (concentrado mayormente en la juventud) la mala calidad del empleo existente y el encarecimiento de los precios de consumo básico (la tasa de inflación se ubica actualmente en el 9,8% y supera este porcentaje en los rubros de alimentos, vestimenta, etc.), la suma da números rojos para la juventud trabajadora. El resultado es que el costo de vida es cada vez más alto y cada vez mas bajo su condiciones de trabajo y capacidad de compra.

Esta realidad debe ser contrastada con los beneficios que actualmente el Estado le otorga a las empresas extranjeras como por ejemplo la exoneración de impuestos (mediante leyes de zona franca, ley de inversiones, etc.). En la última década, los beneficios girados al extranjero por las grandes multinacionales han crecido exponencialmente. El “desarrollo de las fuerzas productivas” basado en la primarización de la economía -o su revés: ausencia de industrialización- no se ha reflejado en los salarios de los trabajadores jóvenes. Dicho de otra manera, las enormes beneficios de las empresas extranjeras están basados en la precarización laboral.

Está década ha consagrado la polarización social propia del capitalismo: la acumulación de la riqueza en pocas manos y de la pobreza en la mayoría.

El crecimiento salarial

No se pueden colocar entonces progresos en términos salariales aislándolos del conjunto de la economía nacional. El salario creció menos que el PIB, lo que significa que el leve crecimiento de los salarios reales han sido siempre por debajo de la productividad. Los trabajadores se apropian de una parte cada vez menor de la “torta” que hay para repartir. Hay crecimiento salarial, pero crece más la ganancia del capital.

Esta idea tan elemental es ocultada por los partidos de gobierno, incluso aquellos que tienen fuerte ascendencia sobre el movimiento obrero como el PCU. El discurso “electoral” de estos partidos cumple una función mistificante de la realidad: mencionan la suba del salario en comparación con la crisis del 2002. Este argumento es incorrecto además de peligroso si se toma en cuenta que el salario no solo no aumentó lo suficiente como para verlo reflejado en la capacidad de compra de los trabajadores, si se toma en cuenta datos como la inflación, sino que si tomamos el salario en un periodo histórico más amplio, podemos sacar reales conclusiones políticas. El salario real creció si se toma a la crisis del 2002 como punto de referencia, pero lo cierto es que el salario actual no llega a las cifras de los años 1998 -y la situación empeora si vamos más hacia atrás en el tiempo. Lo cual estaría justamente reafirmando que efectivamente el salario y sus aumentos no han puesto en cuestión la ganancia capitalista, y es justamente por esto que embanderarse con subas salariales que no representan los costes de vida de los trabajadores es una falacia más en campaña electoral.

Finalmente, las última ronda de Consejos de Salarios ha echado por la borda la tesis de la expansión salarial bajo un nuevo gobierno del Frente Amplio. En 2013, el Ministerio de Economía puso un “techo” salarial de ajuste del 5% -interviniendo en casos como el convenio de la bebida cuando era superado- bajo la idea de detener el crecimiento salarial por las “presiones inflacionarias”, la “incertidumbre internacional” o el “menor crecimiento económico”, es decir, atacar el salario frente a la perspectiva de crisis. De esta manera, los techos salariales de las negociaciones colectivas son funcionales a las ganancias capitalistas. El límite del crecimiento salarial es la crisis capitalista.

Una perspectiva de izquierda

Lacalle Pou, Bordaberry o Tabaré Vázquez no brindan salidas a estos problemas fundamentales de la juventud; son las alternativas de ajuste de derecha o centroizquierda contra los trabajadores.

Desde La Clase llamamos a luchar contra la cada vez mayor precarización laboral en la juventud, por salarios equiparable a los precios que el trabajador debe pagar para poder comer y vivir, es decir, igual al costo de la canasta familiar. Esta combate es inseparable de la lucha por abrir una perspectiva anticapitalista en Uruguay. 

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Compartimos un fragmento de la murga "Cayó La Cabra" de 2014 con una excelente crítica humorístca sobre las condiciones de vida y trabajo de la juventud.

www.youtube.com/watch?v=-O8nuEGVlvM